A menudo llegamos al punto donde es necesario preguntarse si lo que realmente deseábamos se ha cumplido en su totalidad, quizás la inseguridad en la que nuestra sociedad se maneja hace que sintamos arrebatados incluso nuestros mas profundos sueños. Aunque es lamentable pensar que a medida que pasa el tiempo recibimos visitas casuales del arrepentimiento por no luchar en momentos oportunos o por optar por la vía sencilla sin saber lo que seguiría luego de la primera curva.
Desear se convierte en la corazonada de los optimistas ante una realidad tan distinta a las transmitidas por medios de comunicación, está bien perder la razón siempre y cuando nuestra pasión se mantenga fuerte, indicando a los demás que estamos preparados para luchar contra el destino de ser necesario; soy de aquellos que no solo almacenan sonrisas sino el origen de ellas, de aquellos que aprendieron a no siempre relacionar una lágrima con tristeza, de los que se enfocan en los pequeños detalles a nuestro alrededor, en fin, tantas razones que nos guían a la pregunta inicial como si nuestra mente se transformara en un laberinto donde jugamos el papel de verdugo y víctima.
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